Su padre fue un coronel británico que se convirtió en comandante de la OTAN y que llegó a ganar el oro en los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936. Su madre era pintora.
Charlotte había trabajado como modelo antes de hacer su primera película para el cine y después de asistir a prestigiosas escuelas, como la Academia Juana de Arco en Versalles y la Escuela St Hilda's en Bushey, Inglaterra.
Quizás su porte aristocrático y mirada enigmática propiciaron que muchos de los papeles que le ofrecieron fuesen de mujeres misteriosas y seductoras.
Su debut fue en el largometraje “The Knack” (1965), de la mano del director Richard Lester.
Un año más tarde hizo la comedia “Georgy Girl”, su pasaporte a la fama.
Con Luchino Visconti rodó un drama bélico, “La caída de los dioses” (1969), que tardaría seis años en estrenarse en España.
También causó sensación su interpretación en la película de Liliana Cavani, “Portero de noche” (1974), en la que se contaba la relación amorosa de índole sadomasoquista entre la superviviente de un campo de concentración y el ex-oficial nazi que había sido su torturador quince años antes.
Durante la década de los ochenta trabajó casi exclusivamente en Europa.
Su papel más extraño quizás fuera el que interpretó en la película de Nagisa Oshima, "Max mon amour" (1986), donde daba vida a una mujer que tenía como amante a un chimpancé.
Estuvo casada entre 1972 y 1976 con Bryan Southcombe y tuvieron un hijo, Barnaby Southcombe, actualmente director de televisión.
También tuvo un hijo con el compositor francés Jean-Michel Jarre, con quien estuvo casada de 1978 a 1997. Ese hijo es el mago David Jarre.
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