Un joven y nervioso contratenor sin empleo vive en un desangelado piso ateniense sin apenas contacto con otros seres humanos ni alimentos que llevarse a la boca. Persigue a gente, se alimenta de alpiste de canario (entre otras cosas) y sufre desesperados estallidos de acción y desconcertantes epifanías que llegan a su clímax cuando el agua deja de salir de los grifos y el desahucio deviene realidad.