Su nombre era Walter Matuschanskavasky. Era hijo de emigrantes judíos, que habían viajado a EEUU desde Rusia a buscar fortuna. Su infancia estuvo condicionada por la pobre economía familiar y con sólo once años empezó a trabajar como vendedor de bebidas, durante los entreactos, en el teatro judío de Nueva York. Allí, tan cerca de ese mundillo artístico, nacería su afición por la interpretación y empezó a participar en numerosas obras infantiles.
Tras estudiar periodismo en la Universidad de Columbia y regresar de la Segunda Guerra Mundial como sargento, se matriculó en una escuela de arte dramático neoyorkina.
Después de unos años sobre los escenarios debutó en Broadway en 1948, con la obra “Ana de los mil días”, e inició una carrera teatral que iría compaginando con la cinematográfica. También trabajó unos años en televisión hasta que dio el salto a la gran pantalla en 1955, en la película de Burt Lancaster, “El hombre de Kentucky”.
Sus primeros papeles eran casi siempre el villano o el antipático de la historia.
El éxito le llegaría durante la década de los sesenta, formando la inolvidable pareja cómica con Jack Lemmon. Juntos protagonizaron más de diez títulos, entre ellos “En bandeja de plata” (1966), de Billy Wilder, que le valió su único Oscar, “La extraña pareja” (1968), de Gene Sacks, o “Primera plana” (1974), también de Wilder.
Dirigió además una película de poca repercusión “Ganster story” (1960), donde compartió cartel con su segunda mujer, Carol Marcus, con quien tuvo un hijo, Charles, director de cine. Con ella se había casado un año después del divorcio de su matrimonio (1948-1950) con Grace Geraldine Jonson; con ella había tenido dos hijos, Jennie y David.
Walter Matthau falleció en Santa Mónica, con cerca de ochenta años, de un ataque al corazón.
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