He aquí la lucha entre la luz y la sombra, los dos principios que están en el corazón del acto cinematográfico. Un rêve solaire lleva al límite la capacidad del séptimo arte de hacer emerger los mundos imaginarios y las fantasmagorías, multiplicadas aquí por la envolvente música de Michèle Bokanowski. Una obra de orfebrería plástica y sonora.