El joven James Joyce, uno de los más grandes escritores de este siglo, luchaba por ser respetado como escritor. Un día caminando encuentra a Nora, una joven alta, con el pelo castaño, sincera, que había llegado a Dublin desde su pueblo, para trabajar como camarera en un hotel, y se enamora de ella. En Nora encontró todo lo que le pedía a una mujer: fidelidad, ternura, confianza, ingenio, sin ella, su musa y fuente de inspiración, el mundo se hubiera quedado sin el legado literario de Joyce.