Encuentros nocturnos

Según su director, Andreas Dresen, "Todo empezó en 1993, cuando estaba investigando para un documental sobre los niños en el hogar. Entonces me encontré con el problema de los niños que son enviados a Alemania totalmente solos con el único cometido de pedir asilo aquí. Me pregunté a mi mismo cómo vería un niño nuestro mundo desde el momento en el que sube en el avión, y ese fue el comienzo de la historia de Peschke. Luego empecé a mirar situaciones similares que tienen lugar en Berlín en una noche. Una amiga mia, había leído en la prensa un artículo sobre un vagabundo que, de repente, encuentra un billete de 100 marcos en su bote para la colecta y que decide derrocharlo y gastarlo todo en una noche con un amigo". Como nexo de unión entre las distintas historias se buscó un hecho relevante que hubiera ocurrido en Berlín durante ese año, se eligió la visita que el Papa realizó a la ciudad. Argumento El Papa esta de visita en la ciudad, pero la noche no tiene nada de divino para algunos habitantes de Berlín. Cuando Hanna, una "sin hogar", encuentra un billete de 100 marcos, ella y su amigo Victor deciden gastarlo todo y pasar una noche en un hotel. La búsqueda de una habitación libre se convierte en una travesía caótica por la ciudad y además sirve para someter su relación a una dura prueba. Durante su estancia en Berlín, Jochen, agricultor de profesión, busca compañía femenina y encuentra a Patty, una adolescente que ya hace la calle. Por un precio fijado de antemano, Patty está de acuerdo en pasar toda la noche con él. Pero sus aspiraciones altamente románticas chocan con el pronunciado sentido de los negocios que tiene ella y cuando descubre porque Patty tiene tanta necesidad de dinero, su decepción se convierte en violencia... Peschke, un "agresivo" hombre de negocios espera en el aeropuerto para recoger a una persona, que no aparerce. Allí pierde la cartera y, por error, sospecha que un chico angoleño se la ha robado. En compesación por su falta, se ofrece a llevar al muchacho a casa de sus familiares. Los dos se embarcan en una odisea en la que Peschke pierde su coche y casi la razón al mismo tiempo.

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