El traspiés financiero de la industria cinematográfica y un sistema de ayudas públicas poco operativo hacen que un director de cine tenga que reinventar el guión de un film en dos semanas. Entre él y dos reconocidos guionistas gallegos se sumergen en un proceso creativo que no parece ir a buen puerto. En el proceso de escritura tienen que lidiar con la presión del productor, las dificultades de escribir sin caer en tópicos y lo complicado de equilibrar la creatividad con las posibilidades reales de producción, hasta que se percatan de que el propio proceso creativo que están viviendo tiene entidad propia como historia.