El papel será azul

Bucarest, la noche del 22 al 23 de diciembre de 1989. El pelotón de intervención dirigido por el teniente Neagu recibe una orden para patrullar por las afueras de la capital. El aparato de radio del vehículo funciona intermitentemente y los mensajes que se transmiten entre las unidades blindadas informan de forma vaga sobre algunos terroristas que atacan la televisión nacional, creando confusión entre los soldados. Costi, uno de los miembros de la patrulla, que está haciendo el servicio militar en Bucarest gracias a los contactos de su padre, cree que la misión de cualquier rumano es luchar contra los que apoyan a Ceausescu, aún a pesar de las órdenes de los superiores. Aprovechando un momento de despiste como consecuencia de un altercado entre sus compañeros y un grupo de manifestantes, se escapa hacia la sede de la televisión para sentirse más participe de la revolución a pesar de las insistencias y amenazas de su superior. El soldado no llega a conseguir su objetivo y termina en una casa cercana, donde, por confusión, le toman por terrorista. Un grupo mixto de soldados y civiles que defiende el lugar, lo captura. El resto del pelotón se embarca en la misión utópica y arriesgada de recuperar a Costi.

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