Durante su campaña en Egipto, Cesar tiene noticias de las maquinaciones de Pompeyo y Craso que pueden desembarcar en guerra civil. Por ello envia a Roma a un joven centurion llamado Rando que durante el viaje es apresado por los licios y hecho esclavo. Un amuleto colgado de su cuello hace saber a los otros esclavos que es el hijo de Espartaco.