el film de Franco Rossi a que me refería era MORTE D´UN AMICO
viernes 21 de julio de 2006 Dia tras día desesperadamente Desgraciadamente, no sé nada de este Alfredo Giannetti, guionista y director de este severo melodrama, que se arrimó, casi avergonzado, a las pantallas españolas, y que como se sospechaba, casi nadie vio, y, por supuesto, ningún cinéfilo recuerda. Me imagino que entre ese abrupto torrente español de críticos solemnísimos (si es que alguno llegó a verla) que se aplicaban con toda fiereza, y con sus hábitos burlones y groseros, a estrellar con frenesí (allá por los sesenta y pico) todo lo que no oliera a americanofilia "kazanesca", "hustoniana", "fordiana" (tan familiar, "cantaora" y lloricona -"salvando siempre sus westerns"-), "hitchcokiana" etc. etc., alguno se arrancaría la oreja como un estupefacto Van Gogh, ante este ciertamente desesperado "Día tras día". La locura se aborda en él con aires de pocilga, pero es indulgente. No tiene los olfatorios respingados y correctísimos de Litvak (creador de grandes "climaxs") en su "Pozo de serpientes" o los impulsos intelectuales del Fuller de "Corredor sin retorno" (en el que, dicho sea de paso, los chillidos también son de unánime espanto). Pues bueno, ¡bienvenida sea la gloria pasada y presente de los italianos!, y ¡qué guapo eres, Tomás Milián! y qué magnífico actor olvidado, "lo dice Madeleine Robinson", excelente actriz francesa, que hace de madre del protagonista, y que se adhiere a la esperanza de curarle como una lapa a la roca de su dolor, queriéndole con un amor alarmante y anteponiendo ese documento vivo de una demencia (a la que ella, en su ceguera, cuida y mima), al segundo hijo y al propio marido. Tomás Milián ganó premio y se lo merecía. Conmueve y nos tiene a todos en ascuas, con un nudo en la garganta. Ante la Robinson, que se parece a Melina Mercouri, literalmente, se nos cae la baba de lo bien que está. Nino Castelnuovo da la talla perfecta, conmovedora, a su papel de hermano que, de los escombros de tanta ilusión deshecha como la que preside su existencia, junto a un padre que jamás exige ni amenaza (estupendo Tino Carraro), y una madre que nunca acepta la inevitable derrota, y esgrime con brío la posible salvación del hijo demente, busca y halla, al fin, un equilibrio más armonizable con su individualismo, que el de tanta subordinación a los imperfectos estrépitos familiares. Este mundo jamás será el cielo: eso ya nos lo dijo el neorrealismo. Personalmente, opino que el criterio angelical que llevó al Sr. Giannetti a este equilibrado "Día tras día" merece una imparcial revisión, y no debemos disimular nuestra turbación (¡yo, por lo menos, no!) en reconocer que el mundo está hecho a puntapiés. La película tiene mucha concordancia con las primeras filiaciones dramáticas del gran Pietro Germi. A mí me recuerda "El Ferroviario", film que amo con pasión (y del cual Giannettti ya fue co-guionista) Echad un vistazo a este "Día tras día, desesperadamente", ¡cuánta ansiedad despiden esos hermosos rostros de sus protagonistas!, y sollozad como si una fuerte racha de viento os azotara las mejillas. ¡Vale la pena! ¡Me alegro de haberla recuperado!... Lástima no poder saborearla en versión original. Evaluación: 10
maravillosa película de Franco Rossi