El próximo matrimonio de Priscila y Bernardo servirá para concentrar una gran cantidad de riquezas que pertenecen a las dos familias, muy ricas y poderosas. El novio no es el único que desea la mano de Priscila, también existe un hombre llamado Aurelio, aunque sus motivos no se basan en el afecto, si no en la codicia, dado que en verdad aspira a controlar las tierras del padre de Priscila. Su plan para sabotear esa boda consistirá en asesinar a los padres de Bernado y Priscila.
Frente a tan nefastos propósitos, una vez los conozca, Bernardo decidirá plantar cara a Aurelio