Una película fascinante que muestra el absurdo y la cara más banal de la Rusia de hoy en día a través de cuatro episodios de la vida en Moscú y en el deprimido campo ruso. La secuencia inicial nos presenta a cuatro personajes, una camarera y los tres clientes de un bar, cada uno de los cuales pretende ser algo que no es, como descubriremos cuando la cámara les siga a cada uno de ellos al abandonar el bar. A partir de ahí, el director nos conduce a través de mundos absurdos, aunque las historias aquí contadas se revelan mucho más realistas de lo imaginado.