Cierto ciervo blanco habita en las profundidades de un frondoso bosque situado en las montañas del centro de Japón. La comunidad local lo percibe como el dios de la montaña pero desde la urbe más cercana, sumergida en la vida moderna, se ha interpretado como un preocupante signo ocasionado por un posible derrame de una antigua mina que se ha filtrado en el suelo, cosa que supone un peligro y por eso se han propuesto eliminarlo.
Yuku, quien trabaja en una empresa de control de animales, acepta el contrato de dicha cacería por tal de pagar una operación que su madre necesita. Al contactar con la comunidad de la montaña, que vive semi-aislada, comprenderá que deberá afrontar un dilema ético: respetar las creencias locales o primar sus propias necesidades.