Gracias a que su pueblo es frecuentado por turistas norteamericanos, María Nicolasa recibe una oferta de trabajo de unos de estos visitantes, que son de Los Angeles. La necesidad económica le hace aceptar y viaja con ellos hasta la ciudad californiana. Su desconocimiento de ese mundo y su idioma traerá numerosos enredos, especialmente cuando atraiga la atención de unos espías rusos y los agentes de aduanas supongan que ella misma también es una espía. Todos irán así en pos de María.