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    Comentarios y críticas sobre La Gata

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    1 comentario

    Información complementaria sobre La Gata

    Título original:

    La Gata

    Producción:

    Margarita Alexandre

    Fotografia:

    Juan Mariné

    Montaje:

    Vestuario:

    pablo garcia del pin - 12/11/2007 0:38 -

    domingo 11 de noviembre de 2007 LA GATA: Probablemente el primer Cinemascope ”made in Spain”, servido en plena dictadura Franquista por el delirio prepotente de una Hispano Fox Film S.A.E. ¿Que se puede contar de este extraño producto que ha sobrevivido a una época en la que resultaba dificílisimo estar más allá del bien y del mal? La Iglesia y el Estado Fascista se hacían cargo del más rastrero cálculo de beneficios o ”maleficios” con que los posibles films estrenables pudieran llegar a ahondar en la moral imperante de los sanos españolitos de posguerra a los que no se podía someter a demasiadas emociones, dignas de ser vividas en otros lares, pero que, por aquellos días, en la autárquica Piel de Toro Ibérica, que se creía en posesión de una única verdad existente (y eximente) en aquel mundo de pecado y otras malas hierbas, tras las mascaradas gubernamentales que suelen imponer los vencedores de una guerra, fuese ésta la que fuese, andaba así de marimandona, ejerciendo sus prejuicios de posturitas xenófobas a todo bicho viviente, y, por ende, sometiendo a sus medidas (restrictivas) cada acto, pensamiento, idea, insatisfaccion, hastío, rabia, a todo coleante (seánse hombres y mujeres de este país) que, cosa completamente natural, tuviesen las mismas necesidades (y que tener pudiera cualquier hijo de vecino, ya fuera de Italia, de Francia, o del Congo Belga) de ser "condenadamente" felices como marcan y exigen por derecho propio todas las pautas que promueven nuestra condición humana, cuando en ella no se fomenta el engaño y el oscurantismo, y la libertad no es perseguida por semejante especie de Nacionalsocialismo Nazi como fuera la malhadada Dictadura Franquista, que nos tuvo en un brete durante cuarenta largos años. Este film, casi incunable, pieza rarísima, olvidada por demás, que parece decantarse por lo flamencón, el cotidiano andalucismo folklórico, tan caro a nuestros pagos, y el carácter histriónico de unos españoles provincianos, sumidos en las mezquindades del tópico y el carisma definitivo de la charanga y la pandereta, se mete, de pronto, en esas otras tragedias cotidianas a las que siempre recurre el donjuanismo machista de la varonía española, o de donde pudiese haber sido; y entre capotazos y trivialidades costumbristas, a las que no había forma de sustraerse, (hay momentos en el film, no obstante, que tienen ciertos aires de western, como si preludiara los "spaguettis ídem" que se avecinarían más adelante), se adentra, iba yo, descaradamente (para la época, pacata, hipócrita, y siempre ruín e intolerante ante las estructuras del gran gran edificio mítico que supone el AMOR con mayúsculas) en ciertas conductas sexuales, como siempre marginadas y reprimidas, pero que, merced al galanero Jorge Mistral, alcanzan una audacia todavía soprendente. Y también, de forma inesperada, parece que asistimos a una desmitificación del puritanismo femenino (naturalmente impuesto a toda hembra hispana) gracias fueran dadas a una inconmensurable Aurora Bautista, que nos ofrece una seductora conclusión del talante rotundo y descocado capaz de acompañar también la no menos oculta y disimulada picardía de la hembra española. Y a la que no le salía aquel salero nacional de taberna, de canturreo y tronío, como al resto de folklóricas que por aquí colearan. La Bautista evita hasta el acento andaluz (¡era ella una muy lozana castellana!), le toma un pulso a la Perla Chávez de ”Duelo al Sol”, y hecha toda una Jennifer Jones (¿que sobreactúa? ¡bueno, ¡y qué! ¡Hemos estado aguantando cien años de sebreactuación de miles de glorias cinematográficas y nunca nos hemos quejado, sino que las hemos saboreado con el regodeo más regodeante de todos los regodeos!) se nos arranca con despertares felinos, desmadres campesinos, hoz en mano a punto de segar la yugular de la hembra rival (Nani Fernández), y rastrea todo el cálculo de posibilidades que la entrega al macho hispano le pudiera aportar. Y ríanse de aquellas divas hollywoodianas, porque Aurora Bautista, bellísima (blusas amarillas en ristre, y flecos rojos a lo Carmen de Triana, pero sin gitaneo), y con un tipazo que quitaba el hipo, (ante las acometidas itifálicas del Jorge Mistral) también sabía rugir, con los ojos fulgurantes de la Jones, una frase como ésta : ”¡A mí hay que ganarme!”...(¡quien no lo quiera ver que no lo vea, pero hay también en esta pieza de colección mucha pasión King Vidoriana a lo Patricia Neal en "El Manantial"!) Nuestra Aurora fue una actriz de tomo y lomo, ojisaltona, leonina, pero guapa a rabiar, y dominaba la lengua de Cervantes mejor que un catedrático de Real Academia de la ídem. Oirla hablar, gritar, y desmelanarse después, era un placer de dioses y de mitómanos. (Años después en "La tía Tula" nos dió un recital interpretativo tan grande, tan genial, tan inolvidable, como el de una Bette Davis en "Eva al desnudo") Margarita Alexandre y Rafael Torrecilla, que dirigieron al alimón con entusiasmo hollywoodense, por muy andalucistas y cortijeros que fueran, esta inflamada ”Gata” (que acabará muriendo en una fracasada capea nocturna frente a un”cerrao” por el que se esconde su Jorge, y no en ”La roca de la cabeza de Indio” como la Perla Chávez y el Gregory Peck) supieron llevarla a buen puerto con planos concisos y una estupenda utilización del Eastmancolor. Es un film saboreable, que huye hasta donde puede (¡eran los tiempos del pan y toros!) de las musicalidades y topicazos folklóricos. Y Aurora Bautista fue utilizada en bien propio, y que pudiendo ser un personaje no menos tópico (como era de rigor), supo huir de lo típico, para mostrarse más auténtica, más revisitada por la buena solfa que animara a las heroinas americanas o de ciertas latitudes europeas más cercanas a nosotros. Anduvo vendida y puesta al sol por una cierta ”folie” de mantis acaparadora. Se rió de la sandunga Patria, y fue una ”Gata” excitante y memorable. A los aburridos hijos de la posguerra española debió de parecerles muy bien. Y a mí, vista hoy, ¡¡también!!... Pese a algún corte (irrecuperable: ”la escena pasional en el granero”) de la censura curial, visionada hace poco televisivamente (¡qué sorpresa!: con copia restaurada) es un film casi épico lírico que también habría funcionado en el lejano Western de nuestras entretelas (una curiosidad, en USA, donde, aunque parezca mentira, llegó a estrenarse, se lllamó, ¡nada más y nada menos! que: "The vaquero and the girl" ¿No es para relamerse? Hemingway disfrutaría como un cubano) Hay que verla sin prejuicios, llanamente (como quizás la vieron el Ford, el Hawks, el Mann, o el Hathaway), y, sobre todo, disfrutar de una de las mejores interpretaciones de AURORA BAUTISTA. Por ella ¡un gozo y un 10! ¡Y que viva el Cinemascope!

    Nombre
    Allá en el Rancho Grande (1948)
    Raúl Poiré ha comentado la película Allá en el Rancho Grande (1948)
    El Hombre que Mira
    Jose dorantes ha comentado la película El Hombre que Mira
    El Hombre que Mira
    Un usuario ha comentado la película El Hombre que Mira
    Marta Madruga
    Un usuario ha comentado la ficha de Marta Madruga
    Aparicio Rivero
    MARÍA ROSA ha comentado la ficha de Aparicio Rivero
    marianna ha comentado la ficha de Pepo Blasco
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