El Paraíso ya no es lo que era

Mercedes (Neus Asensi), Mariángeles (Ana Risueño) y Carmen (Míriam Díaz-Aroca) necesitan escapar de algo: del stress del trabajo, de un divorcio o de una existencia gris y aburrida. Y las tres buscan algo: una aventura amorosa en un país exótico. El destino es Túnez, la tierra de los contrastes, de los desiertos y también de las playas. Pero lejos de aterrizar en un paraíso inédito, emprenden viaje junto a un grupo de extravagantes personajes: una familia de jubilados que llevan toda la vida juntos pero no se soportan, un joven matrimonio con gemelos maleducados, un cincuentón amanerado y un adolescente (Eloi Yebra) y su abuelo (Luis Ciges) que sólo piensan en una cosa: una cama redonda con Carmen, Mercedes y Mariangeles. El grupo lo completa un guía nativo que les acompañará en una aventura que se revelará tan imprevisible como la corriente de emociones que fluye entre los protagonistas. Personajes Ana Risueño es Mercedes, la profesora introvertida: Treinta y tantos. Lleva su profesión grabada en el espíritu. Allá donde va percibe argumentos culturales, además de placeres sensuales. Disfruta viendo cada piedra del anfiteatro romano, cada hueco del poblado troglodita, cada vestigio de la ruta de la sal. Mercedes ha tardado en reunir el dinero para hacer este viaje y está dispuesta a sacarle el máximo partido al esfuerzo. Míriam Diaz-Aroca es Mariángeles, la ejecutiva agresiva: Treinta y tantos. Harta de organizar su vida en función de las necesidades del negocio familiar, una boyante fábrica de embutidos, Mariángeles está decidida a pasar las vacaciones de su vida en el paraíso mediterráneo que les prometió el folleto de la agencia. Las particularidades de su compañeros de grupo hacen que sus buenos propósitos iniciales se tambaleen. Neus Asensi es Carmen, la ingenua exuberante: Treinta y tantos. Extrovertida, risueña, inocente en su experiencia (es la única que ha estado casada y hace lo posible por olvidarlo), y muy bien dotada, Carmen no tiene ningún problema para hacer amigos, se siente integrada hasta en el paisaje. Su vitalidad es tan contagiosa que enamora al mismo tiempo a un jovencito y aun abuelo desbocado. Eloi Yebra es Jesusín, el machito exaltado: Ventialgo. Locuaz, hambriento y descerebrado. La vida en una pequeña capital de provincias no es demasiado y por eso acepta acompañar a su abuelo en los viajes. Para Jesusín, las vacaciones son, sobre todo, el momento ideal para satisfacer sus instintos más primarios. Luis Ciges es Luis, el abuelo juguetón: Sesenta y muchos. Toda la vida trabajando tiene que permitirle darse una buena vida de jubilado. Natural de Guadalajara, Luis quiere conocer mundo antes de que sea demasiado tarde y la compañía de su nieto le ayuda a hacerlo sin preocupaciones.

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