Un edificio (‘Una jornada particular’), una sala de baile (‘La sala de baile’), un piso (‘La familia’), un restaurante (‘La cena’)... La historia se refleja y se refracta en los propios argumentos que Scola condensa en los decorados de sus películas. A su vez, se revela a través de la pantalla y habla de su relación con el cine. Cincuenta años de cine, de guión y dirección, de comedia italiana y de comedias ‘a la italiana’. Monstruos y conductores temerarios, viajes, recuerdos, pesares. La ira y el desencanto, las lágrimas y las risas, lo divertido y lo grotesco, las palabras y el silencio. El tiempo.