Una cantante de cabaret de Macao llama a un amigo en Portugal para que acuda a la ciudad asiática para sacarla de un embrollo. Cuando la llegada se produce, éste se encuentra un mundo inaccesible y duro. Los dos cineastas amigos de Candy se sumergen en unas calles que forman un laberinto tanto físico como metafísico, pues la memoria teje ahí una extraña dimensión autónoma.