The Million Dollar Hotel

Un cielo de color azul eléctrico sirve de fondo a una perfecta mañana de Los Ángeles. Es el año 2001. La ciudad que hay bajo este cielo es menos angelical. Los banqueros y abogados, vestidos con trajes caros y un teléfono móvil pegado a su oreja, caminan muy rápido por las calles, dirigiéndosa hacia la seguridad que les ofrecen sus oficinas en los rascacielos. Se marchan con la puesta de sol y, a medida que avanza la noche, la ciudad es cada vez más amenazadora. Las prostitutas y los chulos, los camellos y los ladrones, los vagabundos, los inadaptados y los desencantados reclaman su sitio. Sus gritos y juramentos jalonan el silencio de la noche. En medio de este dantesco paisaje se encuentra el Million Dollar Hotel. El Million Dollar Hotel sirve de hogar a vagabundo e inadaptados, a los refugiados y a los refugiados despreciados de la vida moderna. Entre ellos se encuentra un alma inocente y enamorada llamada Tom Tom (Jeremy Davies). Feliz y candoroso, Tom Tom trata al mundo con una entusiasta e ingenua abundancia de cariño. Se ha enamorado de un deslustrado ángel callejero que se llama Eloise (Milla Jovovich). Su amor por ella va a poner su mundo patas arriba. Su relación se va desarrollando mientras que el Million Dollar Hotel es objeto de una atención inusual. Uno de sus huéspedes, el simpático drogata Izzy, sufre una muerte horrible y sospechosa. Se cae desde la azotea. Para sorpresa de sus amigos y vecinos, resulta ser el hijo de un multimillonario magnate de los medios. Su fallecimiento se convierte en una noticia bomba y todos los habitantes del Million Dollar Hotel pasan a ser sospechosos de asesinato. Todos se someten al estoico escrutinio del detective Skinner (Mel Gibson), el tenso e intransigente agente del FBI. A medida que avanza la investigación de Skinner, la línea que divide el asesinato del suicidio, la locura de la cordura, se hace cada vez más confusa.

Noticias de cine