Poseidón

Es Año Nuevo, y la fiesta de fin de año ha dado comienzo en el mar del Atlántico Norte, a bordo del crucero de lujo Poseidón. Uno de los mejores barcos de su clase, el Poseidón, tiene una altura de más de 20 pisos, presume de sus 800 camarotes, y 13 cubiertas para los pasajeros. Esta noche, muchos de los huéspedes se han reunido para celebrar el Año Nuevo por todo lo alto en el magnífico salón de baile principal. Todos elevan sus copas de champán a la vez que el Capitán Michael Bradford brinda por el año nuevo y la banda da paso a una versión de Auld Lang Syne. Mientras tanto, en el puente, el primer oficial presiente que algo no va bien. Atisbando el horizonte, lo encuentra, una vastísima ola, un monstruoso muro de agua de más de treinta metros de altura se dirige hacia ellos a gran velocidad. Tratará de desviar al barco y evitar el mayor impacto pero es demasiado tarde. La ola les golpea con una fuerza colosal, lanzando al barco por los aires, antes de darle la vuelta por completo. Los pasajeros y la tripulación se ven inmersos en una caída libre. Unos acaban entre el amasijo de escombros y otros inmersos en agua, pues el impacto ha destrozado las ventanas. Al acabar el colapso, las líneas de gas quedan rotas y escupen fuego, y la electricidad falla dejando grandes secciones del buque sumergidas en la oscuridad y el caos. Como resultado cientos de personas quedan atrapadas bajo el agua dentro de la sala principal de baile. Deberían permanecer juntos, según el capitán, y esperar allí al rescate. Un hombre, el jugador profesional Dylan Johns, prefiere comprobar las posibilidades por sí mismo. Ignorando las órdenes, se prepara para salir del salón de baile y encontrar su propio camino hacia la salvación, pero es descubierto por Conor, un niño de ocho años, quién le pedirá que les saque a él y su madre Maggie con él. Justo detrás de ellos se encuentra Robert Ramsey, ansioso por buscar a su hija Jennifer y a su prometido Christian. Una hora antes era imposible para la pareja contarle que estaban prometidos y ahora tendrán que plantar cara a desafíos mucho más grandes.

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