En un día de verano de 1923, mientras prepara con esmero los detalles finales de la fiesta que tendrá lugar esa misma noche en su casa de Londres, Clarissa Dalloway recuerda el verano de 1890, en el campo, cuando era joven, hermosa y muy solicitada. En el transcurso de la jornada vendrán a su memoria los recuerdos más tiernos y los más dolorosos, sobre todo después del inesperado regreso de quien treinta años atrás fue un apuesto pretendiente a quien ella rechazó.