Película historico-biográfica que narra el sonado y escandaloso juicio al que Oscar Wilde (Peter Finch, en una excelente interpretación) fue sometido, bajo la acusación de corromper y mantener relaciones homosexuales con el joven Alfred Douglas, hijo del poderoso e influyente Lord Queensberry. Este hecho acabaría con la reputación del escritor, y marcaría el inicio de su declive personal y profesional. Presionado por el rigor de la sociedad victoriana de Londres, se refugió París, donde terminó sus días.