La Tormenta Perfecta

Durante siglos, Gloucester, Massachussetts, ha sido uno de los puertos pesqueros más importantes del Atlántico Norte. En octubre de 1991 alberga un barco de pesca llamado el Andrea Gail, capitaneado por Billy Tyne, un veterano pescador que ha tenido una serie de capturas decepcionantes. Atraca al lado del Hannah Boden, capitaneado por Linda Greenlaw, que ha tenido un gran éxito en sus recientes capturas. Bobby Shatford, tiene un abogado divorcista al que pagar y una nueva vida que edificar junto a su novia, Christina "Chris" Cotter. La pesca es el único trabajo que conoce que le proporcionara el dinero que necesita. Así que, en contra de los deseos de Chris, va a enrolarse de nuevo con Billy para un último viaje esta temporada. Otros cuatro hombres se unirán a ellos. Tyne está convencido de que puede cambiar su racha de mala suerte yendo más allá de donde normalmente llegan los barcos pesqueros de Nueva Inglaterra, hasta el Flemish Cap, una zona remota famosa por sus posibilidades de pesca. Una vez en el mar, se entera de que se está formando una tormenta en tierra. Pero, a diferencia de Greenlaw, que decide jugar seguro, Billy cree que puede evitar la tormenta y llegar a Gloucester llevando consigo una enorme captura. No es algo extraño que los pescadores se jueguen la vida para ganarse el sustento. Lo que no es normal es la alarmante situación meteorológica que se produce una vez que el Andrea Gail se hace a la mar. El hombre del tiempo de la televisión local, Todd Gross, comunica a los telespectadores que ha comenzado con el huracán Grace, un poderoso frente tormentoso procedente del sur que se dirige hacia el norte por el Atlántico. Grace está a punto de colisionar con otros dos frentes que van adquiriendo fuerza a medida que se adentran en el mar. Cuando se encuentren los tres, se producirá la tormenta más aterradora que nadie pueda imaginar, más fuerte que cualquiera de las registradas en la historia moderna. Acabara llamándose "La Tormenta Sin Nombre" o "La Tormenta de Halloween", por haber tenido lugar esa legendaria y aterradora noche. De hecho, se formará de manera tan repentina que la Oficina Meteorológica Nacional no tiene tiempo de darle nombre. Apenas tienen tiempo de enviar un aviso a todos los barcos que se encuentran en el mar. La tripulación del Andrea Gail nunca recibe dicho aviso. En ningún momento son conscientes de lo que se les viene encima.

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