Después de treinta y tantos años de visicitudes, Lázaro (Rafael Álvarez) se ve en la obligación de demostrar ante la justicia que su forma de vida responde a la necesidad de escapar del hambre, y no al deseo de cometer delitos. A lo largo de su encendida declaración, Lázaro mezcla pasado, presente y futuro con la intecnión de divertir a su auditorio, y tejiendo, al mismo tiempo, un tapiz de tipos y costumbre de la época, tratando con igual socarronería a clero, poder y pueblo. Un Lázaro joven aún, acompaña a Fray Gabriel (Emilio Laguna) a los banquetes y fiestas donde se inician los rumores de la próxima decadencia de Toledo. Mientras el pícaro rastrea las migajas del festín, el fraile intenta acosarle carnalmente. Hay que oírle contarlo. Al fraile le habían precedido el retorcido ciego (Francisco Rabal), que protagoniza la anécdota más celebrada por su auditorio, y el rácano clérigo (José Lifante), al que birló los mendrugos que encondía bajo llave con artimañas de cerrajero. Entrar en la edad adulta tampoco le ha supuesto grandes beneficios. Su compañero de vinos Machuca (Agustín González), le anima a trabajar como aguador por las calles. Así conoce al arcipreste (Karra Elejalde), quien le echa una mano demasiado larga: le ayuda a conseguir un trabajo como pregonero para la corona y le presenta a la que será su mujer, Teresa (Beatriz Rico), la preciosa sobrine del ventero. Las envidias, sin embargo, le llevan a responder ante las autoridades por un supuesto adulterio, una gravísima acusación en el siglo que nos ocupa del que sólo puede salvarle un acontecimiento extraordinario.
Rafael Álvarez 'El Brujo' | Lázaro | |
Karra Elejalde | Arcipreste | |
Beatriz Rico | Teresa | |
Manuel Alexandre | Escribano | |
Francisco Algora | Ventero | |
Álvaro de Luna | Calderero | |
Juan Luis Galiardo | Alcalde | |
Agustín González | Machuca | |
Emilio Laguna | Fray Gabriel | |
José Lifante | Clérigo | |
Manuel Lozano | Lazarillo | |
Francisco Rabal | El Ciego | |
Eva Serrano | Constanza | |
José Antonio Izaguirre | Invitado |