Durante el festival de Cannes de 1982, Win Wenders cita en la habitación 666 del Hotel Martínez a diferentes directores de cine de diferentes partes del mundo para que, sólo ante una cámara y un mangetófono, puedan decir lo que quieran (incluso nada) sobre el futuro del séptimo arte, la amenza de las tecnologías digitales y la inflencia de la televisión.