Haywood, un juez americano retirado es enviado a Alemania para presidir el Tribunal Internacional de Nuremberg, el único proceso oficial celebrado contra los crímenes de guerra cometidos por los Nazis durante la II Guerra Mundial. Altos cargos militares, políticos y judiciales del Tercer Reich se sentaron en el banquillo de una sala, que asistió avergonzada a la descripción de los horrores del holocausto.