Una guerra nuclear ha dejado el planeta asolado. Las pocas personas que sobreviven se ocultan de la radiación bajo tierra, mientras un asomo de gobierno burocrático decide quién puede entrar en los refugios antinucleares (jóvenes y familias) y quién tiene que conformarse con cualquier hueco o edificio semiderruido que encuentre (viejos, enfermos, gente de la calle). En este mundo sin esperanza, un Premio Nobel de Física escribe mentalmente cartas a su hijo Eric, cuyo destino es incierto, e intenta convencerse de que la humanidad todavía dispone de una oportunidad para sobrevivir a su inevitable muerte.