En el invierno del año 1.915, tras unas terribles crisis nerviosas, la escultora Camille Claudell se encuentra recluida en un manicomio situado Montdevergues, cerca de Aviñón, en el sur de Francia, dónde los días transcurren con una monotonía claustrofóbica. Ahí escribe cartas a sus antiguas amistades, pero como su familia lo ha prohibido, no puede recibir visitas. El único aliento que le permite mantenerse viva es la próxima visita de su hermano Paul, el famoso escritor.