La noche del 7 de septiembre de 1950, la policía toma las calles de varias ciudades de Francia. 400 personas que unos años antes habían luchado y derramado su sangre por liberar al mundo del fascismo, son detenidas y expulsadas de Francia. La mano sutil de Estados Unidos estaba detrás de esta operación. Hoy, el último de esos camaradas reside en el mismo lugar en donde de manera hostil le colocó aquella democracia por la que combatió en la II Guerra Mundial.